jueves, 22 de marzo de 2018

Una guerra en fascículos

Buenas noches a todos.

Como ha pasado el Día del Padre quiero en esta entrada rendir homenaje al mio, puesto que ya se han cumplido los 50 años desde que gracias a él empecé a coleccionar una obra que seguramente muchos compartiréis conmigo: La Segunda Guerra Mundial, de Editorial Codex. que como se puede ver por Google es un bien preciado para los coleccionistas.


La publicación en España de la edición que yo tengo empezó en 1967. Era entonces yo un adolescente ya entusiasmado por la historia militar (ver El nombre del blog), y mi padre decidió regalarme esta colección para que tuviera una fuente de información metodizada y más o menos fiable.

Aproximadamente a la vez salió la Crónica de la Guerra Civil Española, también de Codex y también en fascículos. Empezamos a coleccionar los primeros números, pero al final no llegamos a completar la colección, principalmente porque la distribución en España se interrumpió tras etapas con mucha irregularidad. Milagrosamente pudimos acabar la de la Segunda Guerra Mundial.

Con respecto a estos tomos de la guerra española, era tal mi interés que cuando llegué al examen final de Historia en el curso Preuniversitario se le ocurrió al profesor preguntar el tema de "La Guerra en Columnas", tratando de los avances y campañas del ejército franquista. Cuando llevaba escritos trece folios por las dos caras me hicieron abandonar a cambio de una matrícula de honor. Y es que lo que se estudia con gusto se queda bien. Entonces estudiábamos los que íbamos a Ciencias también Historia, Filosofía y Latín. Sólo nos librábamos del Griego, cosa que siempre he lamentado pues me hubiera encantado saber un poquito de esa lengua.

Volviendo a la II Guerra Mundial yo esperaba con ansia cada semana el fascículo correspondiente. Era una tortura que a veces se atrasara, ya digo que la distribución tenía muchos problemas.


 Así fue como fui siguiendo y aprendiéndome la historia de la guerra. Fascículo a fascículo. Hay que tener en cuenta que entonces, obviamente, no teníamos Internet y el acceso a la bibliografía sobre el tema ni era fácil ni barato.


A mi padre le hacía ilusión encuadernarla, pero era caro y difícil pues no siempre llegaban las tapas de los tomos. Con el tiempo descubrí que esto fue un error, porque con el formato de fascículos es mucho más manejable para leer y consultar temas específicos que en los gruesos y pesados volúmenes encuadernados.



Pero le hacía ilusión al hombre que las tuviera encuadernadas. Realmente, así se conservan mejor. Lamentablemente no llegamos a encuadernar el tomo 12, no llegaron las tapas, aunque sí los fascículos. Eso me permite aún ahora repasar los últimos episodios de la guerra de forma mucho más cómoda.


Me gustaban especialmente los mapas que se adjuntaban cada cuatro fascículos. Esto ayuda mucho a visualizar las operaciones y a hacerte una composición de batallas y movimientos estratégicos.


Con ellos consultaba inmediatamente los Atlas que entonces teníamos para estudiar Geografía (Sí, entonces en los colegios estudiábamos Geografía, y nos la aprendíamos bien) y  analizar el terreno con detenimiento. Horas enteras me pasaba con mis miniaturas de Eko reproduciendo avances, retrocesos y batallas. No llegué a General Patton porque no sabía inglés, que si no...


Lo que primero leía era la contraportada porque en ella cada semana se presentaba un arma, fuera carro de combate, portaaviones, fusil, etc.. Me quedaba admirado con esta láminas, sobre todo de los carros, y empapelé con ellas mi habitación.



La parte de atrás de la contraportada traía la información sobre el arma presentada y una pequeña reseña sobre otra.

Gracias a eso fui descubriendo muchas armas que no conocía y ampliando mi información sobre las que ya tenía conocimiento.



Estas hojas al final de la colección habían de encuadernarse en un libro titulado "Las Armas de La Segunda Guerra Mundial (Editorial Codex 1966)" que podéis encontrar aquí: es.scribd.com. Es muy interesante.

Obviamente, el paso de los años y la incorporación de muchas nuevas lecturas e informes sobre esta guerra me han permitido ver que algunas cosas de las que en esta colección se decían no eran exactas, pero en general para mi fue una valiosa herramienta de introducción e información ordenada a un conflicto que todavía estamos estudiando y cuyas consecuencias configuraron el mundo actual.

Por eso, y principalmente porque fue un regalo de mi padre que confirmaba su apoyo a mi afición, que todavía dura y está aumentada, guardo esta enciclopedia como un tesoro entre mis estantes de libros de historia militar.


Imagino que muchos de vosotros tendréis una historia similar, y espero que con esta entrada hayáis disfrutado conmigo recordando aquella época en la que nuestra fuente principal de información eran los libros, escasos y caros.

Y con esto termino por hoy. Recordad que tenéis el Mapa del blog para orientaros sobre las entradas que os puedan gustar.

Muchas gracias por acompañarme también esta noche y cuento con vosotros para la próxima.